Artritis reumatoide

martes, 12 de febrero de 2008

Es una forma común de artritis (artr: articulación; itis: inflamación) que produce inflamación en el revestimiento (sinovio) de las articulaciones, causando calor, hinchazón y dolor en la articulación. Tiende a persistir durante muchos años, suele afectar diferentes articulaciones del cuerpo, y puede causar daños en cartílagos, huesos, tendones y ligamentos de las articulaciones. Aproximadamente el 1 por ciento de la población, padecen de AR. Cualquiera puede contraer AR, incluso niños y ancianos, y la enfermedad varía de una persona a otra. Sin embargo, la enfermedad suele comenzar en el período inicial medio de la edad adulta. Las mujeres superan a los hombres en una proporción de tres a uno.

¿En qué se diferencia la AR de otras formas de artritis?
Una forma importante de distinguir la AR de otros tipos de artritis es por el patrón de las articulaciones afectadas. Por ejemplo, la AR afecta la muñeca y muchas de las articulaciones de la mano pero, por lo común, no afecta las articulaciones que están más próximas a las uñas. Por el contrario la osteoartritis, un tipo de artritis más común, afecta articulaciones más próximas a las uñas que otras áreas de la mano. Otras articulaciones que pueden verse afectadas por la AR incluyen los codos, hombros, cuello, mandíbula, caderas, rodillas, tobillos y pies. La espina dorsal no suele ser afectada directamente por la AR, a excepción del cuello. No obstante, debido a que tanto la AR como la osteoartritis son comunes, es muy posible que una persona padezca estas dos dolencias. En las personas con AR, las articulaciones en ambos lados del cuerpo tienden a verse afectadas. Es decir, si los nudillos de la mano derecha están inflamados, es probable que algunos nudillos de la mano izquierda también lo estén. El patrón general de las articulaciones afectadas, junto con ciertos resultados en pruebas de laboratorio, hacen posible que un médico pueda distinguir la AR de otras dolencias.

CAUSAS
Todavía no se conoce la causa de la AR. Sin embargo, el sistema inmunológico del cuerpo desempeña un papel importante en la inflamación y en el daño que la AR ocasiona en las articulaciones, ya que funciona incorrectamente y ataca las propias articulaciones del cuerpo y otros órganos, causando inflamación. El líquido que contiene las células inflamadas se acumula en la articulación. Las células inmunológicas e inflamatorias en el tejido y en el líquido de la articulación producen muchas sustancias (enzimas, anticuerpos y otras moléculas: citosinas), que atacan la articulación.
El papel de los genes
Los genes desempeñan un importante papel en el desarrollo de la AR, pero no se heredan de una forma simple o directa; es decir, no se transmiten directamente de padres a hijos. En su lugar, los genes crean una susceptibilidad o tendencia a incrementar el riesgo de desarrollar AR. De hecho, muchas personas con estos genes no padecerán nunca de AR. Algunos de los genes que influyen en la tendencia a desarrollar AR incluyen los que controlan el funcionamiento del sistema inmunológico.
Se están realizando investigaciones para aumentar nuestra comprensión de estos genes y de otros factores (como infecciones, lesiones, cambios hormonales y factores medioambientales) que pueden conducir al desarrollo de la AR.
Parec
e que las infecciones, lesiones, cambios hormonales y factores medioambientales pueden conducir al desarrollo de la AR. ¿Es la infección un desencadenante? Se piensa que la AR podría desencadenarse a causa de una infección, aunque esto no ha sido demostrado hasta la fecha. La artritis reumatoidea no es contagiosa. Es posible que un germen, al cual casi todo el mundo está expuesto, haga que el sistema inmunológico reaccione de forma anormal en individuos susceptibles a contraer AR. Todavía no se conoce la causa de la AR. Sin embargo, el sistema inmunológico del cuerpo desempeña un papel importante en la inflamación y en el daño que la AR ocasiona en las articulaciones. El sistema inmunológico es la defensa del cuerpo contra bacterias, virus y otras células ajenas. En la AR, el sistema inmunológico funciona incorrectamente y ataca las propias articulaciones del cuerpo y otros órganos, causando inflamación. El líquido que contiene las células inflamadas se acumula en la articulación. Las células inmunológicas e inflamatorias en el tejido y en el líquido de la articulación producen muchas sustancias, entre las que se incluyen enzimas, anticuerpos y otras moléculas (citosinas), que atacan la articulación y pueden dañarla.

Los efectos de la AR varían de una persona a otra y suelen variar de un día para otro, aunque siempre existe cierto grado de artritis. La enfermedad puede ser benigna, con períodos de mayor actividad (períodos de agudización). En otras, la enfermedad permanece activa continuamente y progresa. Alrededor de una de cada 10 personas con AR tiene un episodio aislado de actividad de la enfermedad (o inflamación de las articulaciones), seguido por una remisión asintomática prolongada. Es probable
el ardor, hinchazón, hipersensibilidad y enrojecimiento y dolor frecuentes, además de dificultad de movimiento. Esto se debe a la inflamación del revestimiento, o sinovio, de las articulaciones. Las células del sistema inmunológico que penetran en el sinovio prolongan esta inflamación y pueden dañar el tejido. Si esta inflamación persiste o no responde bien al tratamiento, puede dar lugar a destrucción de cartílago, hueso, tendones y ligamentos cercanos, deformando las articulaciones y discapacitando, y puede resultar permanente.
La artritis reumatoidea puede hacerle sentirse completamente enfermo, particularmente durante los períodos de agudización (pérdida de apetito, adelgazamiento y fiebre baja con poca energía. Puede volverse anémico. Una quinta parte de las personas con AR también presenta nódulos reumatoideos, que son bultos de tejido que se forman bajo la piel, a menudo sobre áreas óseas expuestas a presión. Estos suelen formarse alrededor del codo, pero pueden encontrarse en cualquier parte del cuerpo (dedos, espina dorsal o pies). En ocasiones, personas con AR presentan pericarditis y pleuritis, o inflamación del propio tejido pulmonar. La sequedad de ojos y boca causada por la inflamación de las glándulas lacrimógenas y salivares (llamada síndrome de sequedad o síndrome de Sjögren), también es frecuente. En ocasiones, las personas con AR pueden presentar vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos), que puede causar una inflamación de la piel, los nervios y otros órganos o tejidos.
DIAGNÓSTICO
Historia Clínica y examen físico. Signos: hinchazón, calor y movimiento limitado en las articulaciones, a través de todo el cuerpo, además de nódulos o bultos bajo la piel, fatiga o sensación general de rigidez, especialmente al levantarse por las mañanas, (dos síntomas están asociados con la AR). El patrón de articulaciones afectadas y no afectadas puede ayudar a distinguir la AR de otras dolencias.
Laboratorio
Un anticuerpo llamado factor reumatoide puede ser un indicio de AR, pero el factor reumatoide se halla también en muchas personas que no padecen de AR. Anemia y una elevada tasa de sedimentación de eritrocitos (ERS) o proteína reactiva C (PRC), la cual indica la presencia de inflamación. Aunque estos análisis de sangre pueden ser útiles para establecer un diagnóstico, no hay una prueba única que pueda establecer o excluir un diagnóstico de AR. Rayos X: normal en la 1ª etapa, pero los daños articulares que aparecen en los rayos X a medida que progresa la enfermedad, pueden ayudar a confirmar el diagnóstico. Entre los resultados que suelen sugerir la AR se incluyen pérdidas de hueso en los márgenes de la articulación - llamadas erosiones - combinadas con pérdidas de cartílago.
Ya que el diagnóstico de la AR requiere experiencia clínica, se recomienda consultar con un reumatólogo o geriatra siempre que haya dudas sobre el diagnóstico.


TRATAMIENTO
En estos momentos, no hay cura para la AR. Hasta que no se conozca la causa de la AR, probablemente no sea posible erradicar la enfermedad por completo. Pero hay fármacos muy eficaces, y el tratamiento temprano es crucial. Su objetivo es aliviar el dolor, reducir la inflamación, detener o retrasar daños en las articulaciones, y mejorar las funciones y el bienestar del paciente. Los tratamientos modernos han mejorado considerablemente la calidad de vida de las personas con AR. El programa de tratamiento será ajustado para adaptarse a sus necesidades, según la gravedad de la artritis, otras dolencias que pueda tener y su estilo de vida individual.
Su equipo de salud
El tratamiento de la AR a menudo requiere un enfoque de equipo, el cual beneficia al paciente gracias a la experiencia de profesionales de la salud de diferentes ramas. Un geriatra coordina los cuidados con el médico de familia, un internista o con otros profesionales del cuidado de la salud. Otros profesionales de la salud, como terapeutas físicos, terapeutas ocupacionales, enfermeras, psicólogos, cirujanos ortopédicos y trabajadores sociales, a menudo desempeñan papeles importantes al ayudarle a controlar la enfermedad.
¿Qué medicamentos se utilizan?
a) Para aliviar síntomas
b) Para modificar la enfermedad
Su médico podría recomendar el uso de dos o más medicamentos de forma simultánea, cada uno de los cuales cumplirá un fin distinto en el tratamiento de la AR. Algunos afectan el sistema inmunológico o tienen otros efectos secundarios, por lo que será de gran importancia una cuidadosa vigilancia durante el tratamiento. Aunque todos los fármacos tienen efectos secundarios, la AR puede causar problemas serios, como la destrucción de las articulaciones, si no se trata. Por lo tanto, las decisiones relacionadas con el tratamiento deben hacerse concienzudamente, sopesando los beneficios del tratamiento (alivio del dolor, prevención de la discapacidad) y los riesgos, e incluso el costo de la utilización de ciertos tipos de fármacos.

MEDICAMENTOS SINTOMÁTICOS
AINEs y Aspirina
Los AINEs, incluyendo aspirina, ibuprofeno, naproxeno de sodio y otros, se utilizan para ayudar a aliviar el dolor y combatir la inflamación que acompaña a la AR. No obstante, los AINEs por sí solos no suelen constituir un tratamiento adecuado para la AR. tolmetina (artrocaptin)
La mayoría de pacientes con AR también necesita tomar medicamentos modificadores de la enfermedad o agentes biológicos. Efectos secundarios: dolor de estómago e incluso hemorragias, que pueden paliarse con medicinas adicionales para reducir el riesgo de tales efectos, u otro medicamento para la AR que tenga un mínimo efecto sobre el estómago. La aspirina todavía es utilizada por muchos médicos para tratar la AR. Debe usarse regularmente y ser administrada en dosis mucho más altas que las que comúnmente se utilizan para combatir el dolor. Se recomienda tomar aspirina o AINEs junto con alimentos, para ayudar a prevenir los síntomas relacionados con problemas gástricos, ó derivados de aspirina, llamados salicilatos no acetilados. Los salicilatos no acetilados (salsalato, trisalicilato de magnesio).Tomados en dosis completas, los diversos AINEs y la aspirina suelen presentar niveles similares de efectos antiinflamatorios y analgésicos. Uno de los beneficios adicionales del uso de AINEs o aspirina en la AR, es que proporciona protección contra ataques cardíacos y apoplejías. No debe tomar aspirina mientras esté tomando otro AINE, ni combinar diferentes AINEs. Los inhibidores de la COX-2, tales como celecoxib (Celebrex, Artilog) , etoricoxib (Arcoxia) y rofecoxib (Vioxx), pertenecen a una subcategoría de AINEs que puede resultar más segura para el estómago. Todos los AINEs funcionan bloqueando la producción de unas sustancias llamadas prostaglandinas. Los inhib de la COX-2 (ciclooxigenasa-2) bloquean las prostaglandinas únicamente en el lugar de la inflamación, no afectando a las prostaglandinas que protegen el estómago. No obstante, como los inhibidores de la COX-2 no afectan la coagulación, no proporcionan protección contra apoplejías o ataques cardíacos.
Analgésicos Los analgésicos alivian el dolor, pero no reducen la inflamación de las articulaciones. Entre estos medicamentos se incluyen el paracetamol, propoxifeno (Darvon y otras marcas) y tramadol (Ultram), así como el paracetamol con codeína. Los narcóticos contra el dolor no suelen recomendarse por sí solos en el tratamiento de la AR a largo plazo, pues tienen efectos secundarios indeseables (incluyendo estreñimiento) y pueden crear fármacodependencia si se toman en exceso.
Glucocorticoides Los glucocorticoides (cortisona, prednisona) pueden ayudar a aliviar los síntomas de la AR. Estos medicamentos están relacionados con la cortisona, una hormona natural que se encuentra en el cuerpo y controla muchas funciones importantes, como la presión sanguínea y el pulso. Sin cortisona usted no podría vivir.Produce efectos secundarios serios e incluir aparición rápida de hematomas, osteoporosis, cataratas, glaucoma, aumento de peso, redondez facial, susceptibilidad a infecciones, diabetes, hipertensión y problemas emocionales y psiquiátricos. Se pueden utilizar dosis bajas de glucocorticoides junto con aspirina, AINEs o fármacos modificadores de la enfermedad, para ayudar a controlar la inflamación de las articulaciones.Muchos de los beneficios y efectos secundarios de los glucocorticoides están directamente relacionados con la dosis administrada. El objetivo es encontrar la dosis efectiva más baja posible, para evitar tantos efectos secundarios como se pueda. Los glucocorticoides se administran en combinación con fármacos modificadores de la enfermedad y no deben considerarse como una única forma de tratamiento farmacológico contra la AR. Son útiles el calcio y vitamina D, así como hormonas y otros medicamentos que puedan prevenir la osteoporosis. La administración de glucocorticoides durante períodos prolongados reduce o detiene la capacidad del cuerpo para producir su propia cortisona. Es peligroso detener súbitamente o reducir de forma significativa la dosis de glucocorticoides. Asimismo, podría ser necesario suplementar o incrementar la dosis en períodos de mucho estrés, como durante una cirugía.
Los glucocorticoides pueden inyectarse directamente en las articulaciones afectadas por la AR. Tales tratamientos pueden reducir la inflamación en las articulaciones hinchadas o doloridas, o con períodos frecuentes de agudización. Como su efecto es local, la inyección directa en la articulación controla temporalmente la inflamación y evita la mayoría de los efectos secundarios. Las inyecciones pueden producir un efecto sistémico temporal y podrían tener efectos secundarios dañinos en las articulaciones si se utilizan más de unas cuantas veces al año.

MEDICAMENTOS MODIFICADORES DE LA ENFERMEDAD
Son conocidos como fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARMEs) o agentes de segunda línea.
Metotrexato
Uno de los FARMEs utilizados más comúnmente para el tratamiento de la AR es el Metotrexato (emthexate, metoject) . El Metotrexato (emthexate, metoject) se toma una vez a la semana en forma de píldora, líquido o inyectable.El médico revisará con frecuencia las funciones hepáticas y el recuento sanguíneo, para detectar anormalidades en el funcionamiento del hígado o de la médula ósea. Si toma Metotrexato (emthexate, metoject) no debe ingerir alcohol, ya que la combinación podría aumentar el riesgo de daños al hígado. Otros posibles efectos secundarios del metotrexato incluyen desarreglos gástricos, úlceras en la boca, dolores de cabeza, mareos, fatiga y síntomas parecidos a los de la gripe o diarrea. El uso diario de una simple vitamina, el ácido fólico, puede reducir algunos de esos efectos secundarios. Un efecto secundario serio del metotrexato, aunque raro, es la inflamación de los pulmones. Notifique a su médico inmediatamente si se le presenta una tos seca o experimenta dificultades respiratorias importantes, sobre todo si tiene fiebre, mientras toma metotrexato.
Hidroxicloroquina y otros antimaláricos
Los fármacos antimaláricos, desarrollados en un principio para el tratamiento del paludismo, han sido utilizados durante muchos años para tratar la AR. Los fármacos antimaláricos se utilizan para aliviar la inflamación y el dolor de las articulaciones. El antimalárico de uso más común es la hidroxicloroquina (Dolquine) . La hidroxicloroquina se administra en forma de tableta, por lo general, una o dos veces al día. Las personas que toman estos medicamentos deben someterse a exámenes oculares con regularidad para detectar posibles daños en la retina, que podrían causar una disminución del color o de la visión periférica, a pesar de que tales lesiones sean extremadamente raras. Los efectos adversos sobre la vista pueden limitarse si este efecto secundario se detecta temprano.
Sulfasalazina
La sulfasalazina (Salazppyrina) es una combinación farmacológica de antibiótico/antiinflamatorio, utilizada para tratar tanto la AR como enfermedades inflamatorias intestinales. Los efectos secundarios pueden incluir erupciones, desarreglos gástricos, dolores de cabeza, disminución en el recuento de glóbulos blancos y plaquetas, así como tener efectos negativos para el hígado. Las personas alérgicas a medicamentos con sulfa no pueden tomar sulfasalazina.
Leflunomida
La leflunomida (Arava) es un fármaco modificador de la enfermedad relativamente nuevo. Los efectos secundarios pueden incluir erupciones de la piel, alopecia (pérdida del cabello) reversible, así como síntomas gastrointestinales y hepáticos. Usted deberá someterse a frecuentes análisis de sangre, incluyendo recuentos y estudios de las funciones hepáticas, mientras tome este fármaco. Las personas con infecciones activas o las mujeres embarazadas o lactantes no deben tomar leflunomida. Las mujeres con posibilidad de embarazo deben utilizar un método anticonceptivo seguro mientras tomen leflunomida. Si una mujer desea quedar embarazada, debe dejar de tomar leflunomida y tomar otro fármaco que le ayude a eliminar la leflunomida del cuerpo, incluso si no la ha tomado durante años. Los hombres que toman leflunomida deben seguir el mismo procedimiento si desean engendrar un niño.
Terapia de Oro La terapia de oro, administrada en forma de sales de oro inyectables (Myochrysine, Solganal), aurotiomalato sódico (Miocrin) o píldoras de oro (Ridaura) , fue una de las primeras formas de terapia FARME disponibles para el tratamiento de la AR. Ahora la terapia de oro se usa raramente, y ha sido reemplazada principalmente por el Metotrexato. Entre los posibles efectos secundarios de la terapia de oro se incluyen erupciones, proteína en la orina y recuentos de sangre anormales.
D-Penicilamina
La D-penicilamina (Cupripen) se toma diariamente en ayunas en forma de píldora. Puede causar efectos secundarios similares a aquellos vistos con la terapia de oro y, al igual que todos los medicamentos para la AR, requiere una supervisión estrecha y una vigilancia cuidadosa por parte de su médico. Su uso ha decrecido en los años recientes, debido a sus efectos secundarios y limitados beneficios.
Azatioprina (Imurel)
La Azatioprina (Imurel) es un fármaco inmunosupresor, aprobado para el tratamiento de la AR. Se suministra como píldora, y requiere análisis regulares de sangre para vigilar los efectos del fármaco sobre la médula ósea y el hígado. Entre los posibles efectos secundarios se incluye un incremento del riesgo de infecciones y erupciones.
Ciclosporina
El fármaco inmunosupresor ciclosporina (Neoral) ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento de AR severa y activa, en combinación con el metotrexato. Existe un pequeño riesgo de daños al riñón con el uso de la ciclosporina, y su médico revisará con frecuencia su TA, vigilará el funcionamiento de los riñones y lo someterá a análisis de sangre para detectar cambios mientras tome ciclosporina.
Minociclina
La minociclina (Minocin, Dynacin) es un antibiótico que produce efectos benéficos modestos en algunos pacientes con AR. Su efectividad puede ser sustancialmente mayor en las primeras etapas de la AR, por las propiedades antiinflamatorias del fármaco, que a su capacidad para matar bacteria. Las personas alérgicas a la tetraciclina no deben tomar minociclina.

Agentes biológicos
El etanercept(Enbrel) , el infliximab (Remicade) , el anakinra (Kineret) y el adalimumab(Humira) llamados también modificadores de la respuesta biológica (MRBs), atacan elementos químicos específicos del sistema inmunológico, involucrados en la artritis reumatoidea. Estos agentes biológicos bloquean la acción del factor de necrosis tumoral (FNT), un elemento químico que desempeña un papel importante en la inflamación y en los daños a los tejidos. Tanto el etanercept como el infliximab (remicade) han sido aprobados para el tratamiento de la AR. El etanercept se prescribe para la "disminuir señales y síntomas, así como para retardar daños estructurales en pacientes con AR que va de moderada a gravemente activa". El etanercept se administra dos veces por semana en forma de inyecciones subcutáneas, en el muslo, el abdomen o el brazo. Usted puede inyectarse a sí mismo, o dejar que lo inyecte un familiar o proveedor de cuidados de salud. El fármaco debe mantenerse refrigerado por ser una proteína natural que puede descomponerse a temperatura ambiente. Los efectos secundarios más comunes del etanercept incluyen dolores de cabeza, infección de las vías respiratorias superiores y reacciones benignas, como picazón y enrojecimiento, en los lugares de aplicación de inyecciones. Si usted presenta síntomas de infección mientras usa etanercept, llame a su médico para recibir una evaluación y tratamiento apropiados. Además, con el etanercept existe un pequeño riesgo de daños a la médula ósea, así como de complicaciones neurológicas. El infliximab (remicade) , en combinación con el metotrexato, se prescribe para la "reducción de señales y síntomas e inhibición del progreso de daños estructurales en pacientes con AR que va de moderada a gravemente activa, que hayan tenido una reacción inadecuada al metotrexato solo". El infliximab (remicade) se administra intravenoso, y un profesional de la salud con experiencia en perfusiones le administrará el fármaco directamente en la vena. El proceso de perfusión requiere unas tres horas, y puede hacerse en casa con la ayuda de un enfermero, en una clínica para pacientes externos, en un centro de perfusión o en la consulta del médico. Después de la primera perfusión, usted recibirá otra a las dos semanas, a las seis semanas, y luego una cada ocho semanas. Los efectos secundarios más comunes del infliximab (remicade) incluyen infecciones de las vías respiratorias superiores, dolores de cabeza, sinusitis y tos. Si se le presentan síntomas de infección mientras utiliza el infliximab, llame a su médico para recibir una evaluación y tratamiento apropiados. El anakinra actúa bloqueando la acción de una citoquina inflamatoria, la interleuquina-1 (o IL-1). Se administra a través de inyecciones diarias con un dispositivo especial Se ha aprobado el anakinra para el tratamiento de la AR. El adalimumab se indica para reducir la simtomatología e ihibir el progreso del daño articular en adultos con AR moderada o severa que tienen una respuesta inadecuada a otros medicamentos. Se puede usar sólo o con otros agentes biologicos. Se administra cada dos semanas por medio de inyecciones en el muslo o abdomen. Debe refrigerarse. Se están desarrollando otros agentes biológicos para bloquear otros componentes específicos de los procesos inmunológicos e inflamatorios relacionados con la AR.
Terapia de columna de Prosorba
La terapia de la Inmunoadsorción de la Proteína A (la columna de Prosorba) es un novedoso enfoque en el tratamiento de pacientes con artritis reumatoidea moderada a severa, que no han respondido bien al tratamiento con FARMEs. La columna de Prosorba, un dispositivo médico, elimina algunos de los anticuerpos hallados en el plasma (la porción líquida de la sangre) que están asociados con la artritis reumatoidea. Los efectos secundarios de la terapia de la columna de Prosorba incluyen un estado sintomático parecido a la gripe, con escalofríos, fiebre moderada y fatiga pasajera.
EJERCICIO FÍSICO
Durante muchos años, se pensaba que las personas que padecían de artritis debían descansar sus articulaciones. Ahora, sin embargo, se sabe que se puede mejorar la salud y condición física a través del ejercicio (sin lastimar las articulaciones). Una actividad física moderada y habitual ayuda a disminuir la fatiga, fortalece los músculos y huesos, aumenta la flexibilidad y la energía y mejora la sensación de bienestar general. Cuando una articulación está caliente, dolorida e hinchada, el descanso ayudará a disminuir la inflamación, y los ejercicios de movimientos de alcance general ayudarán a mantener el movimiento de las articulaciones. Su médico o terapeuta puede guiarle sobre la cantidad y el tipo de descanso que necesita. Sin embargo, reducir temporalmente el nivel de actividad no significa suspender todo ejercicio. Usted aún debe ocuparse de la movilidad de las articulaciones realizando ejercicios de movimientos de alcance general, e isométricos para la fortaleza muscular. Los ejercicios de movimientos de alcance general están concebidos para preservar la movilidad de las articulaciones y usualmente se realizan sin peso. Debe mover las articulaciones a través del alcance total del movimiento, prestando una atención especial al final del movimiento, donde la movilidad podría perderse primero. Los ejercicios isométricos le pueden ayudar a mantener fuertes los músculos sin mover las articulaciones. Su médico o terapeuta puede enseñarle la manera adecuada de realizar estos ejercicios. Por lo general, puede continuar con ejercicios acuáticos durante los períodos de agudización, porque la flotación del agua ayuda a proteger las articulaciones y facilita los movimientos. Cuando los síntomas estén bajo control, deberá reanudar gradualmente un programa completo de ejercicios que incluya ejercicio aeróbico. El ejercicio cardiovascular es importante para la salud en general, el control del peso, la fortaleza muscular y el nivel de energía. Los programas de bajo impacto para mantenerse en forma, como caminar o montar en una bicicleta estacionaria, son por lo común buenas opciones. Debe consultar con su médico o terapeuta sobre el programa adecuado para usted.
¿Cómo le ayudan los terapeutasfísicos y ocupacionales?
La terapia puede ayudar a la mayoría de los pacientes con AR. Los terapeutas físicos pueden evaluar sus necesidades especiales y enseñarle la manera adecuada de hacer ejercicio para mejorar la movilidad de las articulaciones, la fortaleza muscular y la capacidad aeróbica. Ellos también le pueden proporcionar valiosas instrucciones sobre cómo utilizar eficazmente los tratamientos de calor y frío para reducir el dolor, la rigidez y la hinchazón, así como para facilitar los movimientos. Además, también pueden proporcionarle rehabilitación postoperatoria, férulas, soportes para caminar y calzado ortopédico. Los terapeutas ocupacionales le enseñan a proteger y utilizar las articulaciones. Ellos también le instruyen sobre cómo realizar las tareas diarias, tanto en el trabajo como en el hogar, de manera que se reduzca el estrés en las articulaciones. Los terapeutas ocupacionales le pueden enseñar formas inteligentes de utilizar su energía, y de planificar las actividades diarias de una manera eficiente. También le pueden enseñar técnicas de relajación.
¿Cuándo es la cirugía su mejor opción?
Si sufre dolor y discapacidad a causa de un daño severo en las articulaciones, su médico podría sugerirle el reemplazo total de la articulación (llamado también artroplastia total de la articulación). El reemplazo de la articulación le puede ayudar a continuar siendo independiente. Los cirujanos ortopédicos son quienes llevan a cabo estos procesos, que suponen el reemplazo de las partes dañadas de las articulaciones con componentes de metal y plástico. Estas partes se unen al hueso con cemento, o se revisten con un metal poroso o producto químico, que permite que el hueso se una al componente.Los reemplazos totales de cadera y rodilla son las artroplastias más comunes y más exitosas que se realizan. A éstas les siguen las cirugías de la mano. La mayoría de cirugías requiere rehabilitación postoperatoria obtener el máximo beneficio de la nueva articulación. También pueden asignarle un programa de ejercicios antes de la cirugía para fortalecer los músculos. Típicamente, los médicos prescriben un programa de medicamentos y terapia antes de pensar en el reemplazo de una articulación.
¿Puede la dieta ayudar a controlar la AR?
Los ácidos grasos omega-3 (hallados en los peces de agua fría) pueden reducir moderadamente la inflamación de la AR, cuando se toman en cantidades suficientes. Durante los períodos de agudización de la artritis, puede perder el apetito y tener tendencia a adelgazar. Durante estos períodos, es importante que se asegure de consumir suficientes calorías. Cuando la artritis esté menos activa o si toma glucocorticoides, es importante que evite el exceso de peso. Consuma sólo cantidades moderadas de alcohol si está tomando aspirina o AINEs, y evítelo por completo si toma metotrexato. Todos los pacientes con AR, y en particular aquellos que tomen glucocorticoides, deben ingerir suplementos de calcio y una multivitamina que contenga vitamina D. Para reducir la pérdida de hueso, podría ser necesaria la utilización de sustitutos de hormonas y/u otros agentes. Otras prácticas saludables, como someterse con regularidad a reconocimientos médicos y no fumar, también son muy importantes. Si padece de AR, podría resultarle difícil sobrellevar esta enfermedad. Como la AR puede ser impredecible, a menudo se caracteriza por dolor de larga duración o continuado, y puede afectar a tantas articulaciones, que podría experimentar tensión emocional o depresión. Es normal experimentar algunos sentimientos de depresión, pero éstos podrían hacerle más difícil controlar la enfermedad.Es importante que decida vivir cada día tan plenamente como le sea posible. Los medicamentos, el descanso y el ejercicio son la mejor combinación para el alivio de los síntomas, pero también es importante mantenerse enfocado en los aspectos positivos de la vida.Es importante que su familia y usted aprendan todo cuanto puedan sobre la enfermedad, y que hablen entre ustedes, con sus médicos y con otros profesionales de la salud involucrados en su cuidado. El asesoramiento por parte de profesionales de la salud mental sobre cómo desarrollar habilidades para sobrellevar y resolver problemas también puede ayudar. Algunas personas con AR podrían necesitar medicamentos especiales para aliviar la depresión. Saber que no está solo y que otras personas comprenden parte de los retos a que se tiene que enfrentar, podría ser el mejor apoyo emocional.
¿Contaremos con mejores tratamientos en el futuro?
Probablemente si.

Dr. Adolfo de la Peña Llerandi, Geriatría Clínica y Social
Con datos de la Arthritis Foundation, USA y los trabajos de James Carlson-Otero, Arthritis Foundation, Sucursal de la Florida, División del Sureste; Santiago de Solo, MD, Miami, FL; Robin K. Dore, MD, Anaheim, Calif.; David A. Fox, MD, Centro Médico de la Universidad de Michigan; James R. O'Dell, MD, Centro Médico de la Universidad de Nebraska; Jaime Pachon, MD, Centro de Cuidados para la Artritis y el Reúma, Miami; Teresita Rangel, Arthritis Foundation, Sucursal de la Florida, División del Sureste; y Laura Robbins, DSW, Hospital para Cirugía Especial, Nueva Cork.

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